El
desierto, la llanura, estaban tranquilo junto a su ambiente que inspiraba nada
más que paz y confianza pero éste es interrumpido por una tribu errante de
salvajes que regresaba de uno de sus malones. Cae la tarde y se pone el sol, y
reaparecen aquellos salvajes y su paso se asomaba una sombría majestad.
Al
fin llegó la noche y la tribu está contenta por la batalla y victoria
conseguida, y junto a ella, mujeres, animales y riquezas usurpadas, por lo cual
preparan una fiesta donde se ven hogueras, humo de carne, etc.
Tras
disfrutar y festejar este botín, los salvajes comenzaron a tomar y beber de
forma excesiva y se convertían en “abominables fieras” y mientras ellos bebían
las cautivas lloraban, pero en un momento se escucharon cantos de guerra, en
los cuales aparece el capitán Brian, quien atacó a los indios y mató a el más
fuerte de ellos, pero en el combate es herido y tomado como rehén.
Tras
esta nueva batalla ganada, los salvajes duermen plácidamente, mientras que en
la oscuridad aparece la imagen de una mujer, Maria, que tiene en sus manos un
puñal y asesina a un salvaje para encontrar a su amante y esposo Brian. Lo besa
y le rompe sus ataduras en las cuales estaba atado en forma de cruz, como burla
a los cristianos, pero éste exhausto le dice que se valla sin él, pero ella no
le hace caso y lo lleva a cuestas a su amado.
Amanece
y los indios se despiertan y se dan cuenta de su huida, pero en ese momento
llegan los cristianos e hicieron una gran matanza, pero se retiran tristes
porque no encuentran a su capitán.
Brían
se encontraba muy agotado y herido pero su amada lo ayudaba y le daba fuerzas
para que éste no decaiga, pero se encontraban en el desierto por lo cual
tuvieron que pasar mucho calor, hambre y sed hasta que encuentran un pajonal.
Lega
la noche y Brian desfallece y Maria tiene el temor de que su amado haya muerto,
pero en ese instante se oye un ruido y es un tigre hambriento, pero se aleja al
notar que Maria tiene un puñal.
A
lo lejos el pueblo de los salvajes arde pero el pajonal es alcanzado por las
llamas, y María desesperada carga a su amante hasta la orilla de un lago y así
poder salvarlo. Pero tras salvarse de esto, Brian esta abatido y tan herido que
comienza a hablar con su amada, delirando, y diciéndole el amor por ella y lo
arrepentido que se sentía porque ella arriesgó su vida por él, hasta que él
muere en los brazos de María.
María
tan destruida hace la sepultura de su amado, pero no llora porque se encuentra
en estado de shock.
Tras
hacer esto, recorre el desierto, y ve una patrulla de soldados y compañeros de
Brian, y la reconocen a su mujer, pero al contarle a ella que su hijo había
sido degollad por los indios, ella murió.
Tras
la muerte de María, le hicieron un funeral digno y según el poema murió con una
"sonrisa angelical".
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