LOS OJOS DEL PERRO SIBERIANO

La historia la cuenta un chico que está apunto de viajar a otro país y desea desprenderse de todas las cargas de su historia y la de sus hermanos muertos.

Entre su hermano mayor, que es el que ha muerto, se llamaba Ezequiel, él era 13 años más grande.

Su padre era un hombre muy rigoroso e inflexible y sus energías estaban enfocadas en los negocios. Su madre, una mujer que dedicaba todas sus atenciones a sus plantas a las que cultivaba en su casa.

Vivian en una muy confortable y grande casa en san isidro cerca del rio.

Ezequiel era el primogénito y por su característica física (ojos azules y pelo negro, deportista) y por haber sido por muchos años hijo único era el preferido de los padres  el hermano menor, en cambio, tenía ojos y pelo marrón y no había sido un hijo deseado, por lo tanto permanecía al margen de muchos asuntos que involucraban a la familia, en especial cuando comenzaron  los problemas por la rebeldía de Ezequiel.

 La novia de Ezequiel había quedado embarazada y el desafío a su padre y a los amigos de su padre, negándose a casar con su novia que interrumpió su embarazo.

Después ezequiel enfermo de sida y su padre rompieron toda la relación con él y evitaron que los dos hermanos se comunicaran. Contaron a sus amistades que ezequiel estaba enfermo de leucemia, ya que les parecía menos vergonzoso para la familia.

 El hermano se enteró de la verdad a través de sus mejores amigos que él se entera extorsionando a su hermana ya que su padre le había contado la historia de ezequiel para que la tome como ejemplo y se cuide, se aleja de el por la enfermedad de ezequiel y decide, sin decírselo a sus padres, buscar a su hermana para recomponer los lasos perdidos aunque sea por el tiempo que le quedara de vida.

Ezequiel la recibe feliz y le cuenta la historia de su perro siberiano, que fue rescatado de la muerte por no tener las características de pedigrí y en cuyos ojos siempre ve amor, no así en la mirada de sus familiares humanos. Comparte largas hora de diálogos que les permite conocerse y detener lasos fraternales compartiendo una salida o una cancha de futbol (que sus padres no hubieran aprobado), escuchando música o comunicando simplemente.

 Cuando ezequiel fallece él estaba a su lado, recompensando de alguna manera por la oportunidad de haber compartido lo últimos momentos de su hermano.