Comentario: Abuelo trabajaba para una organización de ayuda;
había arreglado el pase de algunos refugiados. Fuimos al muelle viejo allí
encontraríamos a Tania. Abuelo dijo q a las siete seria el cambio de guardia, y
que entonces podríamos cruzar el rio, los militares de la frontera al abuelo lo
tenían sin cuidado, pero no a mi estaba muriendo de miedo. Encontramos una
playa de arena fina y la canoa que nos esperaba para cruzar a la orilla. Al
pisar tierra, Tania respiro profundo, apuramos la marcha, el sol se había
hundido en el rio. Ubicamos el camino que nos llevaría al lugar convenido.
Según Abuelo estábamos a dos leguas. Llegamos a un paso a nivel del otro lado
de las vías estacionaba un auto. “¡Tía Ruth!”, grite desaforado. Nos saludó y
luego partimos a casa. Tía dijo a Tania que nuestra casa seria también la suya,
ella estaba pálida pero agradecida. Tía Ruth nos dejó nos dejó y se fue
rápidamente. Abuelo golpeo tres veces la puerta, abrieron ¡Shalom! Dijeron mis
padres. Madre beso a Tania la tomo del brazo y la condujo hacia la casa, Tía
Tania se convirtió en la nueva integrante de la familia.
Opinión Personal: Me gusta como cuenta la historia de Tania
como hacen para llegar a casa.
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