miércoles, 15 de octubre de 2014

Los Ojos del Perro Siberiano - Antonio Santa Ana

Cuenta la historia de un joven que está a punto de viajar a EE.UU y necesita desahogarse de una forma de la historia de su hermano mayor, Ezequiel que 5 años atrás había fallecido y era 13 años mayor que él.
Vivían en San Isidro en una gran casona, cerca del rio, junto a sus padres.
La relación del joven era muy discreta con sus padres. Su madre tenía mayor atención y dedicación con sus plantas, en una forma de decir, mientras que su padre era un hombre rigoroso y sus energía enfocadas en sus negocios.
La relación entre sus padres y Ezequiel al comienzo era muy buena, por ser el progenitor perfecto de sus padres, rubio de ojos azules, lo cual lo hacia el hijo predilecto, en cambio el menor era el hijo no deseado, por lo cual permanecía al margen de los asuntos familiares, en especial cuando comenzaron los problemas por la rebeldía de Ezequiel.
Todo comenzó cuando la novia de Ezequiel había quedado embarazada, y éste no quería hacerse cargo ni mucho menos, contraer matrimonio con la joven, por lo cual el embarazo fue interrumpido y Ezequiel se fue de su casa.
Tiempo después sus padres se enteraron de la trágica enfermedad de su progenitor. Ezequiel tenia Sida, lo cual los avergonzaba e hicieran que rompieran toda la relación con él y evitando también que los hermanos tuvieran comunicación alguna.
Tras lo sucedido, el niño busco enterarse cuál era el motivo que hizo que su hermano se fuera de su casa, pero ellos le respondieron que tenía Leucemia, ocultándole la verdad.
El hermano menor tenia un mejor amigo, Mariano, quien lo ayudo a averiguar donde vivía su hermano y de quien se separó por completo al contarle tiempo después la verdadera enfermedad de su hermano Ezequiel.
Tras un tiempo debatiendo con sus pensamientos en ir o no a la casa de su hermano, fue a verlo. Al encontrarlo un mundo de sentimientos pasaron por dentro de él. Ezequiel sorprendido por la visita, charlo con su hermano sobre su adorada mascota: era un perro siberiano llamado Sacha, al cual cuidaba de una forma extraña, ya que se sentía identificado con tal mascota. Tras transcurrir un par de horas Ezequiel le contó la verdad, el tenia SIDA y ese era el motivo por que se había ido de su casa. El niño quedo tan soqueado que se dirigió nuevamente a su casa sin decir nada a nadie.
Días después, llegó su abuela, quien le demostró al niño la alegría que sentía al enterarse que había ido a ver a su hermano Ezequiel.
Pasaron los días y se acercó el cumpleaños del niño, al cual, por sorpresas de todos Ezequiel estaba presente, porque días anteriores había sido tan grande sus momentos juntos que ni sus padres pudieron evitarlo.
Una semana después, el joven le mostró a su hermano Ezequiel, sus avances al intentar aprender a tocar el chelo como el, pero al poco tiempo su hermano enfermo gravemente lo cual su dolencia hacia que su enfermedad se multiplicara y falleciera.
En su entierro estuvo presente el niño y desde ese momento recordó todo los buenos momentos con él y el valor de su hermano de seguir viviendo con una sonrisa hasta sus últimos días.


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