EL MATADERO
-Esteban Echeverría-
El marco del relato se encuadra en los años
posteriores a la Revolución de Mayo, durante el gobierno de Juan Manuel de
Rosas, en un matadero vacuno en la provincia de Buenos Aires en Argentina. Más
concretamente, el marco temporal se ubica en algún momento de la década de
1830, luego de la muerte de la esposa de Rosas, Encarnación Ezcurra, y durante
la época de cuaresma. El relato, que se basa en la descripción de la sociedad
de la época, comienza con la descripción de un gran diluvio que duró 15 días y
afectó la economía del país causando una crisis y la imposibilidad de utilizar
el matadero en este período de tiempo, por lo que hubo falta de carne. Esta
carencia, que iba acorde a los mandatos de la iglesia en lo referido a la
abstinencia de carne, produjo un aumento en los precios de los otros productos
como aves, pescados y rosquillas, y la muerte de mucha gente. Sin embargo,
aunque la iglesia dictó que no se debía comer carne bajo el pretexto del
pecado, no fue igual de rígida con los gobernantes y el cuerpo religioso, lo
que demuestra la hipocresía del gobierno y la iglesia. Echeverría narra que
ante la crisis, Rosas “el Restaurador” envía una reducida cantidad de novillos
al matadero, los cuales son recibidos con algarabía por la gente, que se pelea
para conseguir comida, achuras y testículos de toro. Entre uno de esos animales
se encuentra un toro, que se escapa tras producir indirectamente la muerte de
un niño que es rápidamente olvidada. El brioso ejemplar es perseguido por
varios jinetes, que al final de una larga persecución logran atraparlo y
matarlo. Luego de narrar la muerte del toro, entra en escena un joven que es
identificado rápidamente como unitario por no llevar luto ni la divisa punzó.
El mozo es atrapado y llevado a la casilla del juez del matadero, donde es
interrogado y torturado por los federales. El unitario (personificación de
Echeverría en el relato de ficción) se resiste manteniendo una actitud
desafiante y digna ante las crueldades de los federales. Finalmente, en el
momento en que lo pensaban torturar, el joven literalmente estalla de rabia, y
muere heroicamente sin haber sido desmoralizado por la tortura, y luego de
haber expresado sus pensamientos respecto del régimen federal.
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