jueves, 4 de diciembre de 2014

Mitos Griegos



El carro del dios sol
El texto se trata de dioses, uno de ellos se llama HELIOS dios sol él estaba sentado en su trono de su castillo y llamo a su hijo FAETON dio un paso e  inclino la cabeza para protegerse del terrible resplandor de su padre y luego se arrodillo frente al trono.
-¿Qué te trae ante tu padre?
-vengo en busca de la verdad ¿es cierto que yo soy tu hijo?
-si sos mi hijo para probártelo te daré lo que me pidas
-solo tengo un solo deseo. Quiero hacer todas las hazañas la que tú haces. Quiero conducir yo solo tu carro de fuego a través de los cielos para convertir así todas las noches en días.
-¡oh, no! ¡Eso no te lo puedo permitir!
-pero lo prometiste…
-¡quieran los dioses dejarme retirar mi promesa!
-¡ya es demasiando tarde, padre!
-¡sin embargo este es el único deseo que no puedo concederte, hijo mío! Es un viaje peligroso, ni siquiera JUPITER, el más grande de los dioses puede conducir mis caballos alados
-podre guiarlo, oh padre, si verdaderamente soy tu hijo
-no podrás. Como podrás combatir el movimiento natural del mundo? ¿Cómo lucharas contra las bestias y los monstruos?
-sé que Podre hacerlo lo que tú haces padre
-el dios sol trataba de detener el tiempo, pero ya la diosa AURORA se acercaba a través del palacio. Y se disponía a abrir las puertas color carmesí que daría paso a su brillo.
Era la hora en que el carro de fuego de HELIOS debía iniciar su curso a través del firmamento, HELIOS y FAETON salieron al aire fresco en donde el carro esperaba. El carruaje tenia ruedas de oro, radio de plata, y todas las joyas imaginables brillaban en luz rosada del temprano amanecer.
FAETON caminaba alrededor del carro de oro, admirando su belleza, su padre trataba de pensar en algo para protegerlo del calor y coloco en la cabeza del muchacho su corona resplandeciente de rayos de sol y luego lo miro y le dijo mantente en el camino del medio, no mires hacia los lados no vayas ni viajes muy alto. Porque si vas alto quemaras el cielo y si vas bajo quemaras la tierra.
-¡así lo are, padre!
-¡sigue el trazo cotidiano de mis ruedas
¡Así lo are padre!
-cuídate de la osa del norte y de la serpiente del cielo…
-¡si padre, llego el momento!
-¡detente, hijo ¡ ¡deja que sea yo quien de luz a este día!
-FAETON no pudo oír a su padre lo que le decía porque ya salía a su camino.
Los caballos se enloquecieron y salieron del camino y FAETON agarro las riendas para poner de vuelta en su camino pero no encontraba el camino que le dijo su padre cada vez que el carruaje perdía su ruta los rayos de sol calentaba las constelaciones ¡cuando FAETON miro hacia abajo se dio cuenta de la distancia que lo separaba de la tierra y sintió pánico. Aterrorizado pidió ayuda a su padre le gritaba a los caballos que paren pero estos seguían como loco y sin control.
FAETON  salta las riendas y los caballos se dirigieron hacia regiones por donde nunca antes nadie había transitado y chocaron contra las estrellas y todos los cielos gritaron aterrorizados a ver como el carro se ladeaba fuera de control. La luna, la tierra, y el cielo comenzaron arder. Las llamas se dirigieron hacia a la tierra todo ardía como calentando al rojo vivo.
 La madre tierra trataba de protegerse la frente mientras se estremecía agónicamente rodeada de llamas y dirigiéndose a JUPITER, el más grande de los de los dioses ¡lanza tu brillante rayo ahora y termina con este fuego mortal causado por FAETON!
JUPITER lanzo un rayo a través del espacio la centella golpeo el carro de sol destrozándole las ruedas y radios el fuego extinguió al fuego y las llamas a las llamas, los corceles saltaron libre de sus arneses, FAETON se desplomo desde los cielos.
Mientras descendía, los caballos de FAETON ardían todo en el llamas, iba dejando, iba dejando tras de sus estelas de chispas como si fuera una estrella fugaz. FAETON cayó al rio, y dios rio, rescato el pobre cuerpo ardiente de FAETON y lavo su rostro. Las ninfas del agua sepultaron su despojos y escribieron sobre la tumba.
AQUÍ YACE FAETON, QUIEN TRATO DE IGUALAR                               AL SOL. GRANDE FUE SU FRACASO, IGUALMENTE GRANDE FUE SU OSADIA
Durante un día largo lloro el sol a su hijo, se negó a conducir su carro, y los hombres y mujeres de la tierra tuvieron que hacer fuego para calentarse y alumbrarse.
JUPITER fue a visitar al dios sol y lo encontró en su trono con la cabeza abajo y triste y JUPITER ordeno a HELIOS levantar la cabeza y responder porque no había guiado el carro de oro.
HELIOS maldijo al dios de los cielos por haber matado a FAETON con su rayo y dijo JUPITER no tuve otra alternativa la ambición del joven estuvo a punto de destruir el mundo la tierra ardía y estuvo a punto de morir. Pero ahora tiene demasiado frio, HELIOS necesita tu calor o perecerá helada dios sol movió la cabeza para otro lado.
-Levántate HELIOS
¡No te culpes por la muerte de tu hijo!
¡Tienes que cumplir con tu trabajo! ¡El mundo está esperándote!
Se paró lentamente y se dirigió al carro de oro se subió y se puso la corona de rayos resplandecientes que FAETON había usado y dios Sol agarro las riendas del caballo y chasqueo y se lanzaron al infinito y soleado cielo azul.

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