viernes, 31 de julio de 2015

Cuidado que hay trampa

     
               Autor: Ana María Shua


Comenzó a publicar a los 16 años, con su libro de poemas el sol y yo. Al año siguiente termina la secundaria en el colegio Nacional de Bs As e ingreso en la Universidad  de Bs As, donde en 1973 obtuvo el título en profesora en letras. En  1975 se casó con el arquitecto y fotógrafo Silvio Fabrynant, trabajo para la revista española.

Hoy se considera que sus micros relatos son los mejores en lengua española. Ha trabajado como periodista, publicista y guionista de cine.

                       Cuidado que hay trampa

Hershele Ostropolier es una especie de tonto sabio del folclore judío, que divierte y hace pensar con su humor y sus picardías. Los cuentos y las anécdotas que lo tienen como protagonista son muchas veces los mismos que se atribuyen a otros personajes parecidos de distintos pueblos. Sin embargo, Hershele existió en realidad. Nació en balta, veranea, en la segunda mitad del siglo xvll, en una familia muy pobre y se ganó la vida con su ingenio.
Durante muchos años fue algo así como el bufón de la corte de un mal rabino. El rabino Borveh era un personaje vergonzoso que cobraba por “salvar” a la gente, como si vendiera entradas al paraíso. Imitando la costumbre de los nobles polacos, deicidio tener a Hershele a sus servicios para divirtiese con su ingenio. Después de su muerte, las ingeniosas salidas de Hershele y su desafío constante al poder al que estaba sometido siguieron pasando de boca en boca. Y es protagonista de muchos cuentos populares como este, del que he encontrado versiones atribuidas al mullah Nasrudim e incluso a Pedro Urdemalas, el pícaro hispanoamericano.
En todas partes existen cuentos de mentirosos y siempre aparece ese pedido de la mentira rápida. Las respuestas son muy variadas. En el folklore argentino hay un gran mentiroso llamado Martin Peñalba, al que un paisano le pide: “echarme una mentira sin pensar”. “Sin pensar, te la van a dar los gringos” contesta Peñalba, “que te están llevando los bueyes porque se les entraron al trigo”. Por supuesto, el paisano sale corriendo encuentra a sus bueyes pastando tranquilamente y se enoja con el hábil mentiroso.

Opinión personal: la lectura de cuidado que hay trampa me pareció hermoso, te hace reflexionar, te despierta la mente te hace más pícaro. Hace ver como es en verdad la gente bien mentirosa y picara e ingeniosa.

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